El origen del Maratón se remonta al año
490 a.c. En Grecia, concretamente en la llanura de Maratón se produjo
una batalla entre Atenas y Persia. La gran vencedora de esta batalla,
Atenas, puso fin a la primer guerra médica y consiguió que el imperio
Persa dejara de expanderse, a pesar de su gran poderío en cuanto a
ejército. Como curiosidad, se dice que fallecieron 6400 persas y 192
atenienses.
Tras la victoria, el comandante ateniense
llamado Milcíades, envió al soldado Filípides a Atenas, para que diera
la noticia de la victoria de Atenas contra Persia. El soldado Filípides,
tuvo que recorrer corriendo la distancia que separaba Maratón de
Atenas, y, cuando llegó, anunció “¡Alegráos atenienses, hemos vencido!”.
Y tras dar el anuncio, cayó rendido, falleciendo de fatiga por un
ataque al corazón seguramente, aunque también se dice que influyeron
mucho las heridas de guerra, ya que el soldado Filípides había recorrido
previamente esa distancia en varias ocasiones.
Ahora bien, la distancia definitiva (la
de hoy en día) se estableció en el año 1908 en los Juegos Olímpicos de
Londres. Esta distancia es 42.195 metros, aunque al principio iba a
celebrarse el maratón sobre la distancia de 38 kilómetros, pero el
príncipe Gales, Jorge V, ordenó que se saliera desde el Castillo de
Windsor. Cuenta la leyenda que el motivo era por la molesta lluvia, para
evitar que la reina se mojara.
Finalmente, desde los Juegos Olímpicos de París del año 1924, la distancia de 42.195 queda como definitiva y reglamentaria.
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